Tu microbioma te hace único

2019 ha sido sin duda el año en el que hemos recibido mayor número de consultas sobre cuidados digestivos en nuestro mostrador.

Desde que años atrás se empezase a hablar de la flora intestinal hasta este 2020 muchos han sido los avances que se han realizado en el conocimiento de su composición y funciones, de tal modo que a día de hoy se le considera un órgano más de nuestro cuerpo y casi el primero como agente defensivo.

Los infinitos seres que te llenan.

Si bien en un principio se hablaba de la flora como un sencillo conjunto de bacterias protectoras, posteriormente se llegaron a contabilizar entre 200 y 500 especies que se concentraban sobre todo a nivel del colon: se le rebautizó entonces como MICROBIOTA. 

Actualmente se sabe que incorpora además muchos más tipos de microorganismos: bacterias, hongos, virus, levaduras… y que se localizan en un área más extensa. A todo ese conjunto heterogéneo de microorganismos lo llamamos MICROBIOMA. Son más de 1000 especies diferentes y juntos poseen 300veces más genes que nosotros mismos. Es por tanto un universo en sí mismo.

Millones de microorganismos colonizan los espacios entre las vellosidades intestinales.

Cómo han llegado hasta ahí?

Hasta los años 80 se creía que éramos gestados en un ambiente totalmente estéril, pero entonces un estudio encontró bacterias en la placenta, y veinte años después se pudieron cultivar bacterias a partir de muestras de líquido amniótico o meconio.

Incluso la manera en la que venimos al mundo condiciona nuestros primeros colonizadores: durante el parto vaginal la madre transfiere importantes microorganismos a su hijo.

A partir de ahí la composición de nuestro microbioma comenzará a desarrollarse, viéndose afectada por múltiples factores, desde la lactancia materna, la variedad de la dieta, el ambiente, el uso de medicamentos…

TU MICROBIOMA ES UN REFLEJO DE LOS ACTOS DE TU VIDA, POR ESO ES ÚNICO.

Cual es su función?

Sabemos que es imprescindible para multitud de procesos digestivos, como la producción de las formas absorbibles de determinadas vitaminas, la regulación del metabolismo lipídico o el mantenimiento de la función barrera intestinal mediante la producción de ácidos grasos de cadena corta por la fermentación de la fibra de tu dieta.

Siguen descubriéndose procesos en los que interviene el microbioma, centrándose multitud de estudios en el interesante eje cerebro-intestino: las náuseas por los nervios de un examen, las mariposas en el estómago cuando te enamoras … esa conexión es constante!

La felicidad en una taza de café.

La SEROTONINA, una de las hormonas responsables de la felicidad se produce principalmente en el intestino a partir del aminoácido triptófano, presente en alimentos como el cacao, el café, los frutos secos o las legumbres. Actuará a nivel cerebral como neurotransmisor activando las zonas responsables de la sensación de felicidad.

Cuestión de equilibrio

En condiciones normales convivimos con toda esa población de seres diminutos en armonía. Pero cada vez son más los factores de nuestro estilo de vida que amenazan con romper ese equilibrio: consumo de alcohol, alimentos ultraprocesados, abuso de antibióticos… Se produce entonces la llamada disbiosis: parte de nuestro microbioma muere dejando vía libre a otros microorganismos oportunistas y patógenos.

Para reconquistar el territorio es imprescindible mantener unos buenos hábitos: consumo de alimentos ricos en fibra, fermentos naturales como los presentes en los lácteos…

Podemos ayudarte!

En la farmacia puedes encontrar multitud de productos que te ayudarán a recuperar y proteger tu microbioma.

*Probióticos: son complementos formados por distintas combinaciones de cepas de microorganismos de demostrada presencia en un microbioma sano. Los más comunes son los Lactobacillus, las Bifidobacterias o la levadura Saccharomyces.

*Prebióticos: son aquellos que favorecen el crecimiento de los microorganismos beneficiosos. Son recomendados con frecuencia para paliar los síntomas de molestias digestivas, como por ejemplo los fructooligosacáridos (FOS) procedentes de algunas frutas y hortalizas, o los galactooligosacáridos presentes en los derivados de la leche.

Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina

Aquí te dejamos un ejemplo delicioso y completo con el que cuidarte:

el yogur aporta Lactobacillus, bifidobacterias y GOS;
la avena, las pasas y frutos secos nos aportan FOS y fibra que favorecen el crecimiento de las bacterias beneficiosas del yogur.

Combinación ideal para cuidar tu microbioma.


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